¿Es respetuoso jugar con elementos de la naturaleza?

CÓMO JUGAR CON MATERIALES NATURALES CUIDANDO EL ENTORNO Y LA NATURALEZA

Muchas veces me preguntáis si es adecuado o respetuoso con el entorno natural el hecho de que los peques jueguen con materiales de la naturaleza, tales como piedras, flores, palos…

En ocasiones me habéis escrito diciéndome que los palos son sustrato para la tierra, o las piedras cobijo y hábitat de algunos bichitos, o las flores lugar dónde polinizan insectos, etc.

Estamos todos ahora muy preocupados por el medio ambiente, y con razón. Entonces, ¿es bueno para los ecosistemas que los niños cojan piedras u hojas? ¿Cómo daño eso a la naturaleza, si es que lo hace?

De esto quiero hablarte hoy, no desde ninguna verdad absoluta, porque no la hay, sino desde mi opinión personal y mi propio sentir. Por si te ayuda, por si te hace replantearte o revalorar el uso de esos materiales.

Para mí el uso de elementos de la naturaleza es inevitable, de una forma u otra. Si no usamos materiales naturales, ¿Qué usamos? Todo, en último término, proviene de la naturaleza (al menos en algún momento de la cadena de producción), pues al principio todo era naturaleza.

Pero si prefieres que usen materiales de plástico porque así no se daña la naturaleza… Te pregunto, ¿Cómo se hace el plástico? ¿Cuánto contamina su producción? ¿Es reciclable? ¿Qué sucede después de su uso, una vez roto o cuando ya ha pasado la edad de juego?

Por tanto, ¿qué es preferible, que se usen palos o piedras del bosque, que no padecen transformación alguna en fábricas y que por lo tanto no contaminan ni en el proceso de producción, ni al fin del uso… ni requieren transporte aéreo o por carretera? ¿O que se usen materiales más elaborados?

Por supuesto, podemos pensar como opción el uso de materiales “reusados” o “reciclados”. Esta es una opción que siempre defiendo desde el blog y que da mucho juego, como por ejemplo los materiales de cartón, como podéis leer en este enlace o bien el uso de telas, que son también un material muy rico para jugar, como podéis leer aquí.

PERO ENTONCES, ¿MATERIALES NATURALES SÍ O NO? ¿QUÉ BENEFICIOS TIENE JUGAR CON ELLOS?

En mi opinión, sí, pero con respeto y cuidado por el entorno. El hecho de que los niños puedan jugar con materiales de la naturaleza es una forma de permitirles conectar con ella a través de uno de sus impulsos naturales más potentes, el juego.

El juego, que para los adultos tiene más connotaciones de diversión, es profundamente importante en la infancia. No se trata tanto de un entretenimiento sino de una forma de descubrir el mundo, de aprender sobre él. Los niños a través del juego descubren el ambiente que les rodea y las relaciones existentes entre los materiales de ese entorno. Lo hacen por placer, por supuesto. Los niños disfrutan jugando pero, a su vez, aprenden y descubren.

Permitirles jugar con materiales de la naturaleza es posibilitar que aprendan sobre ella, que la descubran y que se sientan parte de la misma. Este sentirse parte es una de las claves para que nuestros niños, en el futuro, cuiden el medio ambiente.

Nuestra biología humana forma parte de la naturaleza, somos naturaleza. Y nuestra biología espera estar en contacto con ella. Esto tiene un montón de beneficios tanto a nivel de salud mental como física.

Los niños pueden experimentar sobre pesos y densidades con materiales naturales. ¿Qué sucede si lanzo una piedra al agua? ¿Y si es un palo? Los niños pueden aprender acerca de los colores gracias a las flores. Acerca del crecimiento de plantas y árboles, etc. etc.

Manipular y jugar con materiales naturales provee de múltiples aprendizajes.

Es por todos estos beneficios y aprendizajes que he comentado, y porque somos partes de ella, que creo que no se trata de prohibir el juego con sus materiales sino de fomentar el respeto hacia el entorno, usando los materiales con cuidado. 

Tener presente que la naturaleza, con todos sus elementos, tiene un equilibrio y que es importante nuestra forma de relacionarnos con ella.

Por eso os dejo algunas ideas de cómo jugamos nosotros con algunos elementos naturales, como los usamos y como procuramos cuidar y respetar el entorno.

 JUGAR CON FLORES Y HOJAS

En casa siempre he permitido que usen hojas y flores para jugar y crear pócimas, mandalas… Los peques saben muy bien qué pueden usar y cómo.

Les he acompañado desde pequeños para que preferiblemente corten las hojas y flores a que tironeen de ellas. Si las cogen sin tijeras, porque no tienen a su alcance, les recomiendo que sea de forma que no se dañe toda la planta.

Los niños pueden pedir permiso a la planta también para coger un pedacito de ella. Es una forma de tener conciencia que estamos usando seres vivos y que los cogemos y usamos con cuidado.

¿Y qué flores pueden coger? En el jardín, por ejemplo, las más salvajes. Las que la mayoría de nosotros diríamos “malas hierbas” aunque me gusta mucho más llamarlas plantas que crecen en lugares no deseados, como le escuché decir una vez a Íñigo Segurola. De esta forma, cambiamos el prisma sobre ellas. No hay hierbas malas, solo plantas que crecen dónde no deseamos o a una velocidad ultrarápida.

¿Y por qué sí pueden cortar éstas y no otras? Por una razón sencilla, ya que éstas crecen muy fácilmente, las cuides o no, lo quieras o no. Si cortan toda la floración de unos bulbos es posible que no volvamos a poder disfrutar de esas flores hasta el año que viene.

También pueden cortar las plantas aromáticas, con moderación. Son plantas que plantamos para usar, para secarlas, hacer infusiones… ¿Quién dice que es más importante usar solo el romero como infusión que para que ellos hagan sus brebajes? ¡Están aprendiendo tantas y tantas cosas con ese juego…! Y esos olores que desprenden las aromáticas impregnan los recuerdos, las sensaciones… Estas memorias que perdurarán en los niños pueden hacer mucho bien al cuidado de la naturaleza en el futuro.

JUGAR CON PIEDRAS

Otro material natural muy usado en el juego y en distintas propuestas creativas con los niños son las piedras. En los últimos tiempos, sin embargo, se ha cuestionado mucho su uso.

Si recordáis, se puso de moda apilar un montón de piedras más bien grandes en los márgenes de las carreteras, en la playa… Con el objetivo de crear pequeñas esculturas para que los transeúntes del lugar pudieran admirarlas.

Se puso la alerta de que bajo esas piedras hay auténticos hábitats de distintas especies de insectos, gusanos…

Pero creo que es distinto que todos los adultos creemos grandes esculturas de piedras cuando vamos a la naturaleza a que los niños puedan coger piedras sueltas y jugar con ellas. Por lo general, no suelen ser de gran tamaño, más bien piedras manipulables con las que desarrollar distintas ideas.

Nuevamente, para mí, es importante la idea de moderación y también usar preferiblemente piedras sueltas que aquellas en las que podemos prever que tienen vida debajo y no solo por cuidar el ecosistema… También a nosotros mismos, pues debajo las piedras podemos encontrar escolopendras y otros insectos cuyas picadas no son nada agradables.

Nosotros solemos buscar piedras cerca del río. Hay un montón apiladas, salvo las que están en contacto con la tierra no tienen gusanos ni insectos debajo… Y procuro siempre volver a devolver las piedras a la naturaleza cuando ya no juegan más con ellas.

JUGAR CON PALOS Y MADERAS

Ay, los palos. Uno de mis materiales preferidos por excelencia. Son tan útiles, polivalentes… Desde crear cabañas, a decorarlos, tallarlos, pintar con ellos, crear lanzas, imaginar que es una infinidad de cosas distintas…

Yo siempre he permitido que jueguen con palos, incluso que se los traigan a casa. Es una forma de seguir en contacto en la naturaleza aunque ya no estén en ella.

Ahora bien, nunca arrancamos ramas de árboles vivos y sanos para jugar… No es necesario. Hay muchas zonas boscosas con ramas en el suelo.

También pueden jugar los niños con maderas y rodajas de troncos de árboles. Pero, nuevamente, no es necesario usar árboles ni ramas de árboles vivos. Podéis buscar ramas de árboles de poda.

También a veces se ven en los márgenes de las carreteras, de árboles que han caído tras alguna fuerte ventada, aunque cada vez se ven menos porque positivamente las brigadas municipales hacen serrín con ellos, para  devolverlo a los bosques, aunque siempre sigo viendo algunos.

Por último, también podéis usar los troncos de los pinos que se tallan cuando hay peligro que se desplomen sobre alguna vivienda.

JUGAR CON CONCHAS Y PECHINAS 

¿Y qué sucede con la naturaleza que nos ofrece el mar?

Hace un tiempo leí un artículo que decía que en las playas australianas los turistas se llevaban un montón de conchas preciosas y que la gente local también sustraía muchas para su venta. Tanto era así que las conchas que sirven de hábitat para los cangrejos ermitaños estaban desapareciendo.

Así que me parece interesante tenerlo presente y tener especial cuidado con ello.

Buscando información sobre el tema topé con esta guía para coger conchas y pechinas de forma ética y sostenible, que parece muy interesante. Es un artículo extenso que os invito a leer pero os resumo brevemente las 3 ideas principales:

  1. No cojáis conchas que contengan seres vivos en el interior
  2. No os llevéis a casa conchas en espiral, pues son precisamente aquellas dónde vive el cangrejo ermitaño, que necesita una concha para poder vivir. Son preciosas, sí, pero otros seres vivos las necesitan más que nosotros.
  3. Tomar (coger) pocas pechinas… o mejor aún, tomar (hacer) solo fotos.

Es decir, podéis llevaros alguna concha para aprender, para que los niños se sorprendan con su belleza… pero pensad siempre en alterar lo menos posible el ecosistema. No las cojáis para que acaben en el cubo de la basura al fin del verano.

Ya sé que nos parece que hay muchísimas pechinas en la playa… Pero la realidad es que si todos nos llevamos un montón de ellas… La vida marina, en general, puede verse afectada.

También se puede jugar con las conchas in situ, decorando creaciones en la arena, haciendo mandalas, etc.

Y se me ocurre, por ejemplo, que en la arena pueden buscarse también los cristales limados por el mar. Son muy bonitos pero no son su hábitat natural. Es una forma de buscar en la arena, de llevarnos recuerdos y no dañar el hábitat marino.

 A MODO DE CONCLUSIÓN…

Es un tema que puede dar para mucho, que pueden haber otros puntos de vista y que, incluso, pueden producirse nuevos conocimientos y descubrimientos que nos lleven a relacionarnos con estos materiales de otra forma. Por aquí siempre con ganas de aprender.

Para mí es un tema de conciencia y respeto por el entorno. Me parece interesante que los niños puedan jugar en la naturaleza y con sus materiales, estrechando así lazos, conociéndola en mayor profundidad.

Pero eso sí, el uso de esos materiales tiene que hacerse con conciencia, dañando lo menos posible el medio y no malbaratando los recursos sin sentido alguno.

Entender que vivimos en estrecha relación con la naturaleza y que podemos vivir en armonía si ponemos conciencia en ello.

Permitir el juego con estos elementos, aunque algunos puedan pensar que quizás entorpece un poco el entorno, está sembrando conciencia, conocimiento y amor por la naturaleza en los más pequeños.

Que disfrutéis este verano jugando ahí fuera, es más necesario que nunca.

Abrazos,

Clara

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4 comentarios en “¿Es respetuoso jugar con elementos de la naturaleza?”

  1. Me encantó, comparto totalmente tu visión para conocer y respetar la naturaleza debemos ser parte de ella y a través del juego claramente los niños y niñas lo logran.

  2. Fantástico, Clara, estoy de acuerdo con que la mejor manera de aprender a respetar la naturaleza va por un proceso de conocerla. Y me parece sensato lo que dices, que no es muy probable que la conozcamos sin tener contacto con ella… ;o)
    Gracias por poner foco tb en la importancia de ser conscientes de circunstancias particulares/locales.

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