Cómo sobrevivir al exceso de juguetes

Si hace poco te hablaba del porqué era importante jugar con materiales de calidad, entendidos como aquellos que ofrecen una calidad en la experiencia (imaginar, crear, aprender…) hoy quiero hablarte de otra cuestión que me parece importante y es la cantidad de juguetes.

Cuando los niños se mueven en climas abarrotados de juguetes suelen pasar dos cosas:

  • Una es que se quedan como abrumados y pasan de juguete en juguete sin centrarse mucho en nada
  • O bien que juegan con lo que más les atrae y lo demás se queda cogiendo polvo durante semanas o meses en la estantería

Es por eso que procurar ambientes que no estén muy sobrecargados de materiales es una excelente idea, les invita a jugar de forma más calmada y focalizada en los intereses que tienen en ese momento.

Pero reconozco que limitar los juguetes no es una tarea fácil, especialmente después de Navidades, jeje. En casa, por ejemplo, intentamos siempre ser muy comedidos con los regalos, preferimos distribuirlos a lo largo del año, pero aún y así… tras las fiestas y el cumple nos ha quedado la casa repleta: llegan regalos de todos lados y un buen día te miras bien el comedor y dices… ¡pero qué lleno está todo esto!

exceso de juguetes

Por eso hoy quiero compartir contigo algunas ideas que nos sirven a nosotros para evitar tener un “overbooking juguetil” y a la vez explicarte qué hacemos con los juguetes que apartamos (algunos temporalmente y otros de forma definitiva).

6 IDEAS PARA EVITAR LA ACUMULACIÓN DE JUGUETES

Menos juguetes = más imaginación: no es necesario que los niños dispongan absolutamente de todo para jugar. Aquello que no tengan al alcance… lo imaginarán. Hoy mismo me sorprendió Terrícola usando la manguera que sale del surtidor de una gasolinera (de juguete) como si fuera un aspirador para la casa de muñecas, jeje. Cuando hay ausencia de recursos materiales (los juguetes)… se activan los recursos mentales (la imaginación).

Escoger calidad y no cantidad: de esto te hablé precisamente la semana pasada, pero me reitero en que un juguete de calidad es aquel que ofrece riqueza de experiencias (que permite imaginar, crear, aprender…), más allá de su precio o marca.

Revisar regularmente los juguetes disponibles: muchos de los juguetes que tienen los peques a su alcance no los tocan durante semanas… Es entonces cuando es conveniente revisar aquello con lo que no juegan para guardarlo y dejar solo aquello con lo que sí juegan.

Al cabo de un tiempo se puede hacer el proceso inverso. Revisar lo que hay guardado en el armario y sacarlo de nuevo. La rotación de materiales es mágica. De golpe algo olvidado en el fondo del armario… vuelve a ser el protagonista del juego durante horas o días.

Incluir a los peques en las decisiones: me refiero a incluirlos en las decisiones de qué retirar y guardar y que se queda en su zona de juego. No sé vosotros… pero el mío tiene un radar para detectar qué falta en las estanterías… Así que es mucho mejor consensuar esas decisiones. Es una forma de ayudarles también a que se responsabilicen de sus materiales, que empiecen a decidir algunas cosas (para ellos importantes, por supuesto) y a ser tenidos en cuenta.

Aún y así os reconozco que no es fácil. Terrícola le coge cariño a todo y cuesta mucho guardar cosas, cambiarlas de lugar… Pero lo intentamos y lo vamos hablando, es un aprendizaje también para él.

¿Cuándo llegan los juguetes a casa? Esta es una pregunta que lanzo y dejo al aire porque es absolutamente libre para cada familia. Pero me parece interesante tenerla presente para que los peques sepan también a qué atenerse.

Por supuesto que sorprender a los niños el día que menos se lo esperan con un regalito es fantástico… pero al menos en nuestra casa procuramos que cada día que salimos a comprar no haya un juguete nuevo, ni tampoco cada vez que vemos algo interesante en el escaparate, etc.

Llegar a acuerdos con la familia. Muchas veces los abuelos o familiares por pura ilusión y felicidad regalan algo cada vez que ven a nuestros hijos. La verdad es que hay que valorarlo como un gesto precioso, les quieren y quieren hacerles felices. Pero generar un diálogo de entendimiento sobre nuestra visión puede reportar muchos beneficios:

  • Evitar que los niños se acostumbren a que cada vez que ven a determinadas personas reciben algo y el día que no les regalan nada es un drama.
  • Que los materiales que reciban estén en línea con lo que queremos ofrecer a los niños
  • Alejarlos del consumismo constante (comprar, comprar; recibir, recibir…)
  • Menos juguetes pero de más calidad. Una idea que siempre digo cuando alguien me pregunta qué hacer cuando los abuelos regalan juguetes de muy mala calidad sin parar… es que el dinero que gastarían a menudo en un juguete lo pongan en una hucha y cuando esté llena se pueda adquirir un buen juguete.

Sé que esta es una de esas cosas fáciles de decir y difíciles de hacer. A mí misma me cuesta posicionarme de forma contundente ante estas situaciones, pero voy aprendiendo también, jeje.

ROTACIÓN DE JUGUETES

Y ahora sí, te cuento cómo hacemos en casa la rotación de juguetes, por si os ayuda. Un par de cajas chulas os pueden ir bien.

1/ Los juguetes que usan recurrentemente se quedan dónde están (vale, si están fuera de sitio los ordenamos, jiji).

2/ En una de las cajas colocamos los juguetes que sabemos que les gustan o que volverán a usar pero que en ese momento llevan sin usarse ya un tiempo. Esos juguetes los guardamos para, periódicamente, hacer un movimiento de juguetes en casa. Cuando vuelve a no usar algunos los retiramos y probamos a poner de nuevo materiales que habíamos retirado.

ordenando materiales

Seguro que esto es algo que hacéis muchas familias y no dejamos de alucinar al ver como un juguete que no han visto en tiempo puede volver a generar interés de nuevo. Si el juguete no está conectado con la persona seguramente pronto se vuelva a quedar olvidado, pero si sí… le volverá a fascinar (esto me pasa con la arena kinética muy a menudo… tras días de explotarla la deja de usar. Cuando se vuelve a acordar de ella… vuelvo a aspirar arena de nuevo por varios días, jajaja).

3/ Juguetes vacíos de significado, que no proporcionan nada positivo los retiramos.

4/ Los juguetes que ya se les han quedado pequeños, que ya no son adecuados para su edad… los guardamos si tienen valor sentimental o gustaron mucho.

¿Y QUÉ HACER CON LOS JUGUETES QUE YA NO QUEREMOS EN CASA?

Antes que nada me gustaría que decir que, salvo aquellos juguetes que los padres consideramos inadecuados, lo mejor es contar con la opinión de los peques a la hora de desprendernos de ellos. Al fin y al cabo, son sus grandes tesoros y no me parece oportuno presionarles para que los den, mucho menos antes de fiestas o cumples, porque pueden tener en la cabeza de que han de dar para recibir.

También hay que comprender que la capacidad para desprenderse de los propios juguetes depende de su edad y de lo que vean que hacemos nosotros mismos. ¿Nos desprendemos las madres y padres de las cosas que ya no usamos? ¿Y qué hacemos con esas cosas?

Son ideas varias que dejo al aire. Seguro que no hay una respuesta correcta en esta materia, pero quería compartir contigo esta reflexión.

Con el resto de juguetes, aquellos con los que no juega nunca, ni quiere y aquellos que nosotros consideramos inadecuados… ¿qué hacemos en casa?

Pues sí son realmente pésimos los tiramos. Me duele regalar o donar a otros niños juguetes que no me parecen adecuados o en los que no creo.

Con el resto… se pueden hacer muchas otras cosas:

  • Buscar puntos de recogida para donarlos
  • Buscar puntos de intercambio de juguetes o generarlos vosotros mismos con otros amigos y familiares
  • Hacerlos llegar a hospitales pediátricos. Por cierto, que Marta de Pequefelicidad está recopilando libros con este fin, para donarlos a hospitales con niños enfermos de cáncer, así que si te apetece unirte a su iniciativa, te animo a leer aquí
  • Venderlos de segunda mano

Con este artículo no entro a valorar si cada niño debe tener muchos o pocos juguetes, eso ya es decisión de cada familia. Lo único que quiero remarcar es que limitar la cantidad de juguetes disponibles, en un momento determinado, es una excelente idea para generar un buen clima de juego. Al final y al cabo, con todo aquello que retiráis no están jugando.

Un abrazo,

Clara

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4 comentarios en “Cómo sobrevivir al exceso de juguetes”

  1. Muy interesante Clara este post. Una idea que me rondaba en la cabeza!! Y que en casa utilizamos mucho: la rotación de juguetes. Creo que es fundamental ofrecer al niño un espacio ordenado y fácil de ordenar, peor sobre todo ordenado porque proporciona al niño claridad mental, concentración y mucha imaginación (si tiene pocos juguetes a su alrededor). Es como si entráramos a un espacio en silencio… donde es el niño quien pone el sonido de lo que necesita.

    Y lo que dices de los regalos de familiares, totalmente de acuerdo!! Nosotros hemos hecho mucho trabajo al respecto y va dando sus frutos.

    Un abrazo grandote!

    1. Gracias Yessica. Tienes toda la razón, los lugares sin exceso de materiales proporción más claridad mental y silencio. Desde ahí los niños pueden sacar hacia afuera y jugar a lo que necesiten.

      Y contar con la complicidad de la familia es genial. Un trabajo lento pero que vale la pena. Al final ellos también ven que los niños sacan más provecho a juguetes de largo recorrido.

      Un abrazo guapa y gracias por comentar! Clara.

  2. Totalmente de acuerdo Clara
    Sobretodo con este párrafo

    “Pues sí son realmente pésimos los tiramos. Me duele regalar o donar a otros niños juguetes que no me parecen adecuados o en los que no creo.”

    A mí es que me pasa igual
    Soy incapaz de donar algo en lo que no creo

    Por otro lado tema abuelos…. me es difícil gestionar
    Y mira que insistimos
    Primero fue hasta enfadar nos porque le daban dinero en la mano, y además juguetes de mala calidad, y encima no son regalos, son para que se queden en su casa, así que cuando vamos tiene un rincón de juguetes cutres 🙁
    Es tan difícil a veces… si hablas ofendes y si callas todo el mundo contento menos tú….

    1. Sí, la familia es de lo más complicado de gestionar. Pero poco a poco… A veces mostrarles lo que sucede con ese tipo de juguetes o con multitud de regalos ayuda. En mi experiencia… aunque reciban muchos regalos… acaban jugando con pocos juguetes. Un abrazo guapa! Clara.

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