Pensamiento creativo VS propuestas de actividades

El pensamiento creativo es la capacidad de pensar diferente ante upensamiento_critico_niñosna situación o reto determinado. Y los peques saben mucho de eso, de pensar de forma inusual, original, diferente y creativa.

¿Le habéis dejado nunca una caja grande de cartón vacía a un niñ@? ¿Y habéis observado lo qué pasa? Esa caja ya no es una caja para guardar cosas, se convierte en un coche, un barco, un escondite, una casita, etc. etc. ¡Es mágico de ver!

Pero entonces, ¿cuándo preparamos actividades con niños, como las de este blog y tantos otros, estimulamos o frenamos la creatividad? Pues de eso quiero hablarte hoy, de mis impresiones sobre este tema.

En casa preparamos un montón de masas distintas, hacemos experimentos, pintamos, etc. pero no siento que ahí Terrícola realice un pensamiento creativo (ojo, que no es lo mismo que el pensamiento artístico). Enseñarle esos materiales o como se hacen son solo una base, como una forma de mostrarle posibilidades que existen. Después a él se le ocurre otro día qué hacer y se prepara la plastilina solo (yo únicamente miro que las proporciones de ingredientes más o menos se ajusten, con 3 añitos su inercia es poner un montón de todo y, en especial, un montón más de agua, jeje).

Pero su pensamiento creativo tampoco surge cuando prepara la pintura o la pasta de sal o lo que sea, sino cuando se inventa nuevos usos a para todo eso. Cuando se desvía totalmente de lo que para la mayoría sería “esperable”.

Siempre que hacemos algo intento tener la mirada limpia para que fluya el juego y sus ideas, pero vaya, a veces me resulta inevitable pensar que la plastilina es para modelar, y resulta que Jan la usa para arreglar una baldosa de la cocina que rompió un día, sin querer, con un martillo (era de juguete, de madera, pero un golpe en seco… y craaack).

arreglando-baldosas

De otro lado, en el blog publico las cosas que hacemos en momentos puntuales, la mayor parte del tiempo la dedica al juego no estructurado y él decide a qué juega, con qué, si quiere salir fuera, ir a ver a alguien, si quiere aburrirse, como gestiona ese aburrimiento, qué se le ocurre, etc. Por cierto, que gestionar el aburrimiento también es un ejercicio total de pensamiento creativo 😉

Yo como mamá sólo intento estar atenta a sus intereses, ver cuáles son sus motivaciones interiores, y a partir de ahí propongo alguna cosa. Por ejemplo, veréis muchas masas sensoriales en el blog porqué eso es algo que a Terrícola le fascina, así como jugar con barro, los dinosaurios… Lo ideal es adaptar las ideas a los intereses de vuestros peques.

Escribo todo esto porqué es algo que yo misma me he planteado muchas veces (y seguiré dándole vueltas, jeje). A mi me encanta preparar y pensar todas estas cosas y a mi peque le encanta aún más. Siempre me dice “¿hacemos una actividad mami?”. Y para mí eso es una señal de que tiene ganas de hacer cosas, de aprender, de divertirse. Pero quizás para otros sea estructurar una parte del tiempo.

Empecé a plantearme todo eso de si proponer actividades o no cuando salió a debate en el grupo de crianza compartida al que vamos Jan y yo (l’Escaleta). Después de darle muchas vueltas, buscar información en las webs americanas de homeschooling/unschooling (repletas de material fascinante, por cierto) y hablarlo con amigas como Gemma, mi conclusión y lo que yo siento es que todo es relativo, que hay que encontrar el punto que a todos vaya bien, si mamá odia hacer estas actividades mejor no hacerlas, obvio (hay otras alternativas y cosas por hacer mami, te hablaré de esto prontito), si al niño tampoco le gusta pues no hay que forzarle, nunca. Y seguramente si el peque ya tiene mucha parte del tiempo estructurado (entre escuela, extraescolares, fines de semana en casa los abuelos o con los primos, etc. etc.) pues no lo necesitará tanto.

Pero si por el contrario, nos parece que sí, que le gusta, que hay tiempo para hacerlo con calma y ganas, que siente interés por determinadas materias… ¿Qué hay de malo en pensar actividades divertidas para hacer?

Obvio, el interés debe ser intrínseco del niño, de dentro hacia afuera. No se trata de que el niño haga cosas que le gusten a mamá sino lo contrario. Pero este tipo de actividades son una forma más de aprender, en especial, a través de los sentidos.

Y el cúmulo de experiencias que van viviendo a través de ellas les permite empezar a improvisar e inventarse usos nuevos a cada cosa que hacen, es decir, ejercer el pensamiento creativo.

A mí es lo que más me gusta, cuando imaginan y te sorprenden usando las cosas de forma que jamás se te hubieran ocurrido. Y a ti, ¿te sorprende tu hij@ improvisando nuevas utilidades?

¡Abrazo fuerte!

Clara

Si te gusta lo que lees únete a Tierra en las manos Graciaaas!

¡Comparte si te ha gustado!

2 comentarios en “Pensamiento creativo VS propuestas de actividades”

    1. Gracias por tu aportación Esther. Muy cierto, la creatividad y la imaginación están bastante en desuso hoy en día. Por eso es esencial que permitamos que se despliegue al máximo durante la infancia. Un abrazo fuerte, Clara.

Responder a esthervaras Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba