Cómo crear un espacio de juego en la naturaleza

1. MOTIVOS PARA CREAR UNA ZONA DE JUEGO EN EL BOSQUE

Si me seguís hace tiempo sabréis que siempre hablo y defiendo que los parques infantiles deben ser lo más naturales posibles. Que evoquen a la naturaleza (y estén poblada de ella) porque son los contextos que mejor responden a las necesidades de la infancia.

Estos parques tienen pavimentos naturales (no de caucho) que permiten a los niños jugar en ellos a cocinitas, a hacer barro, a dibujar en el suelo… Tienen árboles, vegetación… lo que permite a los niños (y adultos) recibir los beneficios de estar en la naturaleza… Y las estructuras de juego no solo están hechas de materiales naturales sino que además son abiertas y permiten a los niños ser creativos y hacer juegos diversos.

Pero es una realidad que en muchas zonas de nuestro país apenas hay parques que respondan a estos criterios. En su mayoría son poco adecuados y estimulantes. Ya sabéis: suelos de caucho, estructuras de plástico o hierro…

Y es por eso que, en la medida de vuestras posibilidades, os invito a salir a buscar zonas naturales cercanas en las que jugar, correr…

¿Qué puede haber mejor que ir al bosque con asiduidad? De hecho, creo que los parques infantiles existen para cubrir ese vacío que nos aportan las ciudades o pueblos muy masificados y que nos han dejado sin naturaleza cercana, solares, o lugares en los que jugar.

En la imagen, un tronco caído invita a hacer equilibrios sobre él, a sortear sus ramas… Como una estructura de juego de un parque. ¿O es el parque el que se inspira en la naturaleza? Observad la foto de abajo.

Convertir el bosque en nuestra zona de juego, socialización y esparcimiento natural no significa, para nada, montar un área recreativa ahí, ni ensuciar el ambiente, ni dejar restos de la merienda, ni hacer construcciones que dañen el entorno, para nada.

Significa dar la oportunidad a los niños de vivir, jugar y sentir la naturaleza. De habitarla en la forma que les es más genuina: jugando.

Cuando los niños se sienten parte de la naturaleza pueden ser muy cuidadosos con el entorno.

2. CÓMO PREPARAR Y ELEGIR UN LUGAR ADECUADO

Todas las fotos del artículo están tomadas en el mismo bosque y prácticamente en la misma zona. Eso sí, en días diferentes e incluso algunas fotos son de hace años, cuando ya íbamos con Terrícola y amigos. Creo que es interesante que lo podáis ver para que podáis observar la infinidad de posibilidades que tiene el bosque, sumadas a todas aquellas espontáneas que realizan los niños sin necesidad de material alguno.

¿Pero tiene que ser un espacio natural con algún requisito especial? Por supuesto que no, en realidad… La decisión vendrá modulada por aquello que tengáis en vuestro entorno. Pero os dejo un par de recomendaciones.

2.1. Lugar cercano

Lo ideal es buscar un lugar próximo al hogar y de fácil acceso, que no tengan que caminar demasiado hasta llegar a su “espacio”… Porque pensad que buscamos un lugar de juego al que poder ir asiduamente.

Que sea fácil contribuirá a que la experiencia sea agradable y positiva y que esté cerca hará que repitamos más a menudo.

2.2. Lugar diverso pero “seguro”

¿Cómo debe ser el espacio físicamente? Yo os recomiendo un lugar relativamente despejado, con árboles que nos harán de estructuras para colgar columpios, telas, hacer cabañas… y lejos de precipicios peligrosos si tenéis niños pequeños. Para que sea un tiempo tranquilo y de disfrute para todos.

Recuerdo una salida a la naturaleza que hicimos en un grupo, en un lugar con un precipicio cercano tremendo… Y los dos niños más pequeños (tenían sobre los 2 años…) lo único que querían era estar mirando cerca del acantilado… Como comprenderéis… poco disfrutamos las mamás en ese espacio, jeje.

3. SUGERENCIAS DE MATERIALES Y ESTRUCTURAS DE JUEGO

Quiero dejar muy claro que ninguno de los materiales que os comentaré es imprescindible. Seguro que todos habéis salido muchas veces a la naturaleza con lo puesto y habéis disfrutado de un día magnífico. Es más, os recomiendo que a veces salgáis simplemente así, con poco. Porque la creatividad es fantástica y se desarrollarán ideas geniales.

Pero como os estáis planteando de ir de manera asidua a un bosque o zona natural cercana… Pienso que hay ideas y materiales que pueden ayudar en esas salidas o, como mínimo, dar riqueza y variedad en determinados momentos.

Por eso os quiero contar algunos “tips” que a nosotros nos han funcionado y compartiros materiales que usamos y nos dan mucho juego.

3.1. Cabañas

A los niños les encanta hacer cabañas. Ellos mismos crean sus propios refugios y es genial para esconderse, jugar, construir y hacerse su hogar en la naturaleza.

Hay bosques con muchísimas ramas caídas que permiten crear escondites maravillosos. Al lugar donde vamos es habitual encontrarnos cabañas ya hechas que persisten durante años y que incluso los que vamos habitando el bosque vamos modificando y mejorando.

Pero si la zona dónde vais tienen pocas ramas o materiales de construcción… Podéis llevaros una simple cuerda y una sábana y poder crear una tienda así.

Se anuda una cuerda entre dos árboles, se pasa la sábana por encima y se sujeta a lado y lado con piedras. Lo podéis hacer también con piquetas y cuerdas, pero las piedras sirven y es de lo más fácil de hacer.

Y si usáis una rafia impermeable… ¡de paso tendréis refugio para los días de lluvia!

3.2. Columpios

¿Quién dijo que uno no podía columpiarse en el bosque? La verdad es que balancearse en un lugar así es maravilloso.

Si no tenéis columpio y queréis invertir en uno, os recomiendo este de tela, que hemos descubierto recientemente gracias a Amphibia Kids. Hace años nos llevábamos siempre columpios de madera pero la verdad es que íbamos demasiado cargados a la montaña y no era muy práctico. Además que a veces colgarlos, si solo había árboles con ramas altas, era toda una aventura.

Este que os muestro es de tela, se pliega fácilmente y pesa y ocupa muy poquito, así que siempre lo llevamos por si nos apetece colgarlo.

Os comparto aquí abajo una imagen del columpio plegado, junto a dos rotuladores, para que os podáis hacer una idea de lo poco que ocupa una vez doblado.

Si queremos usarlo tipo hamaca nos va genial anudar un extremo un poco más alto que el otro y nos queda así, como podéis observar en la foto de abajo. Un asiento extra en el bosque, un lugar de relax… ¡Incluso yo misma lo uso para relajarme!

Pero si lo queréis para columpiaros, lo mejor es colgarlo entre dos árboles no muy separados y de un grosor similar, para que quede bien centrado.

A mí la verdad es que los columpios de tela me encantan, me parecen muy versátiles.

La pequeña Silvestre, que tiene 3 años, aunque ya se columpia sola… Todavía no le tiene el truquillo cogido a este columpio… Y es genial como ella ha encontrado su estrategia para balancearse. Se coloca de frente, con los brazos por encima del columpio ¡y se pone a volar! Os compartiré vídeo Instagram para que veáis su técnica 😉

Por último, si tenéis fulares de porteo… Son otra excelente opción. Son muy resistentes y solo es necesario pasar la tela por encima de una rama resistente del árbol y anudarla bien al otro extremo.

3.3. Puente de mono

El puente de mono es una estructura muy sencilla de hacer y que a los niños les encanta. Todas las veces que lo hemos colocado los niños han disfrutado muchísimo.

Simplemente hay que tener dos cuerdas largas y anudarles bien entre dos árboles. Es importante que haya mucha tensión para que al subirse no se hundan con el peso.

Dijéramos que es una versión sencilla (y quizás le antecede) del slackline. Pero además, al tener una cuerda de guía por encima, facilita a los niños ir de punta a punta.

3.4. Poleas

Me encantan las poleas. Dan mucho juego, permiten introducir conceptos STEM mientras juegan y están en entornos naturales… Y son muy versátiles.

Si los niños trepan a los árboles… Se pueden colocar poleas verticales y pasarse materiales de arriba a abajo. Pero si en cambio no hay árboles altos o no son aptos para trepar… Se pueden usar poleas igual, de forma horizontal, como podéis ver en la imagen de abajo.

Os comparto este set de poleas que nos cedió Amphibia kids para probarlo y que es de lo más interesante, porque viene con todo lo necesario para montar poleas verticales y horizontales: trae una cuerda larga, dos cortas, una goma larga, dos mosquetones y dos mecanismos pequeños de poleas.

Hace años escribí un artículo sobre los beneficios de jugar con poleas, ideas para colocarlas en casa o el patio de la escuela… Y quedé enamorada de una polea horizontal que habían instalado en un parque (podéis ver imágenes en el post). Con este set hemos podido recrear aquella instalación de forma fácil y, la verdad, me encanta porque a menudo no tenemos opción de usar poleas verticales (porque no tenemos árboles que lo permitan, o casitas altas, etc.) y, de esta forma, queda claro que sea cuál sea el ambiente, espacio o bosque en el que estemos… Podemos disfrutar del juego con poleas.

Para colocar la polea de esta forma lo que hicimos fue anudar las cuerdas cortas alrededor de dos árboles distintos. Después pasamos el mosquetón por esa cuerda y en el otro extremo del mosquetón colocamos los mecanismos de las poleas.

Finalmente, pasamos la cuerda larga (con el cubo ya colocado en ella) por los mecanismos de las poleas, a fin de que podamos deslizar la cuerda.

Así explicado parece un lío, pero os comparto una imagen con el detalle de la instalación, que es más claro.

Y montaje listo, a llevar las cargas de un lado al otro, de cabaña en cabaña, haciendo funcionar el circuito de las poleas.

Si os cuesta, no os preocupéis, es cuestión de experimentar. De eso se trata, aprender del mecanismo, su funcionamiento, opciones…

VALE LA PENA CREAR UN ESPACIO DE JUEGO EN LA NATURALEZA

Todo lo reseñado, por supuesto, son solo ideas y hay muchas otras. Se pueden llevar materiales para observar bichitos (os hablaba de ello en este artículo y os reseñaba algunos interesantes), herramientas para talar palos, etc.

En cualquier caso, salir a jugar con asiduidad al bosque es siempre genial. Permite familiarizarse con el entorno natural cercano y darle aún mayores posibilidades en el día a día.

Cómo habéis visto… Es posible columpiarse en la naturaleza, usar elementos más técnicos e inspiradores como las poleas (tanto si tenemos árboles altos o bajitos). Jugar a casitas, escondites… Hacer equilibrios en troncos y árboles caídos o piedras interesantes… Y si no hay elementos así en nuestro espacio… Pues solo con dos árboles podemos colocar un puente de mono.

Imagen de nuestro bosque el último día que fuimos, con algunos elementos colocados. Terrícola estuvo ocupado toda la tarde, además, buscando troncos y haciendo un círculo alrededor de ese espacio… Creando su propio hogar en el bosque.

Para mí ir a menudo al mismo lugar natural tiene muchos beneficios para los niños, especialmente para aquellos más temerosos y que necesitan saber dónde irán, cómo es el lugar… De esta forma se pueden ir familiarizando con un mismo entorno e ir explorando sus posibilidades poco a poco. Si hoy no he trepado ese árbol… Quizás mañana tenga una nueva oportunidad.

Convertir un pedacito de bosque en hogar es maravilloso para poder salir regularmente a la naturaleza y, sobre todo, para que los niños puedan jugar en lugares ricos en posibilidades y adecuados a sus necesidades. ¿Os animáis a encontrar vuestro bosque de juego?

Un abrazo,

Clara

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