Los niños necesitan jugar al aire libre a diario

Pues parece que sí, que después de 3 maravillosos meses… El verano está a punto de llegar a su fin.

Poco a poco los días se acortan, las rutinas se instalan… Y me apetecía pasarme por aquí y dejar ir un deseo, el deseo de que sigamos saliendo lo máximo posible al aire libre.

Da igual si no son los bosques o las playas de las vacaciones. Salir ahí fuera tiene innumerables beneficios para nuestra salud física y emocional. No releguemos nuestra salud y la de nuestros peques solo para épocas estivales.

A decir verdad, los niños no necesitan bosques majestuosos para inspirarse en la naturaleza, para jugar o hacer interesantes descubrimientos. Muy cerca, muy cerca de vuestro hogar o vuestra escuela pueden tener lugar aventuras grandiosas.

El primer paso es salir ahí fuera. Pueden suceder grandes hazañas haciendo pequeños cambios en nuestro día a día: ir a buscar el pan a pie y sin prisas, ir a la escuela dando un paseo sin coche, saltando solo por las baldosas rojas (o las blancas) o buscando hormiguitas por el camino…

Podemos llevar una cajita especial para guardar distintas hojas que encontremos durante el trayecto, unas tizas para pintar nuestras calles y plazas… Al final, todo esto son pequeños excusas para pasar más tiempo fuera.

Porque eso es lo principal, es ahí en ese tiempo al aire libre… Dónde sucederán las mejoras ideas de juegos, los descubrimientos más mágicos… Aunque estéis en vuestro propio barrio, en vuestra calle, jardín o parque.

De hecho, es ahí, en el entorno más cotidiano… Dónde lo jugado y descubierto será más significativo, porque conocer dónde vives la mayor parte del año y establecer lazos ahí es vital para sentirte parte del mundo (y lugar) en el que vives.

Es por eso que voy a ir publicando algunas pequeñas píldoras de inspiración, con materiales muy sencillos, con ideas totalmente básicas… Que pueden favorecer y animar a salir ahí fuera, en nuestro entorno cotidiano, de forma diaria.

Porque ese es mi deseo ahora que empieza el otoño… Y eso es lo que necesitan mucho los niños: mucho tiempo fuera, libertad para explorar… y pequeños grandes descubrimientos, vivan donde vivan, en vacaciones y el resto del año.

Un abrazo,

Clara

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